Airayá, espíritu de la gran montaña sagrada que cubre y cuida desde hace cientos de años a los viticultores y sus viñedos del valle alto del río Cañete. 


Riego con agua de deshielo que baja del nevado Pariacaca formando el río Cañete.


Viñedo en suelo aluvial.
Fermentación con levaduras nativas.
Acidez natural.
Estabilización natural con frío invernal de Lunahuaná.